El Buen Vivir
Si
el Buen Vivir significa la satisfacción plena de las necesidades tanto
objetivas como subjetivas de las personas y los pueblos; abolir la explotación;
una vida armónica entre los seres humanos y entre comunidades y de estos con
la naturaleza, eso solo es posible en el socialismo.
Las
comunidades indígenas defienden el concepto de el buen vivir, en oposición al
"vivir mejor", como un modelo de vida o dedesarrollo más justo, más sostenible o
sustentable, más ecológico, más humano. Se abre con especial fuerza en América Latina, hasta el punto que,
recientemente, Ecuador y Bolivia han incluido el buen vivir en sus
respectivas constituciones como el objetivo social a ser perseguido por elEstado y por toda la sociedad.
En
oposición al vivir mejor occidental o más conocido como estilos de vida (sueño
americano), al siempre vivir mejor de la lógica neoliberal (consumismo). Para que
unos pocos vivan mejor, que es lo que sucede ahora en el Primer Mundo, para
asegurar esas desmedidas demandas deconsumo y despilfarro, tiene que existir
un Tercer Mundo que provea de materias primas y mano de obra
baratas. Muchos, en definitiva, tienen que "vivir mal" para que
unos pocos "vivan bien".
No obstante, el Buen Vivir es una
apuesta de cambio que se construye continuamente desde esas reivindicaciones
por reforzar la necesidad de una visión más amplia, la cual supere los
estrechos márgenes cuantitativos del economicismo, que permita la aplicación de
un nuevo modelo económico cuyo fin no se concentre en los procesos de
acumulación material, mecanicista e interminable de bienes, sino que promueva
un modelo económico incluyente; es decir, que incorpore a los procesos de acumulación
y re-distribución, a los actores que históricamente han sido excluidos de las
lógicas del mercado capitalista, así como a aquellas formas de producción y
reproducción que se fundamentan en principios diferentes a dicha lógica de
mercado.
Asimismo, el Buen Vivir, se construye
desde las posiciones que reivindican la revisión y reinterpretación de la
relación entre la naturaleza y los seres humanos, es decir, desde el tránsito
del actual antropocentrismo al biopluralismo (Guimaraes en Acosta, 2009), en tanto
la actividad humana realiza un uso de los recursos naturales adaptado a la
generación (regeneración) natural de los mismos.Finalmente, el Buen Vivir se
construye también desde las reivindicaciones por la igualdad, y la justicia
social (productiva y distributiva), y desde el reconocimiento y la valoración
de los pueblos y de sus culturas, saberes y modos de vida.La Constitución
ecuatoriana hace hincapié en el goce de los derechos como condición del Buen
Vivir y en el ejercicio de las responsabilidades en el marco de la
interculturalidad y de la convivencia armónica con la naturaleza (Constitución
de la República del Ecuador, Art. 275).En la Constitución del Ecuador se supera
la visión reduccionista del desarrollo como crecimiento económico y se establece
una nueva visión en la que el centro del desarrollo es el ser humano y el
objetivo final es el alcanzar el sumak kawsay o Buen Vivir.
Frente a la falsa dicotomía entre Estado y mercado, impulsada por el
pensamiento neoliberal, la Constitución ecuatoriana formula una relación entre
Estado, mercado, sociedad y naturaleza. El mercado deja de ser el motor que
impulsa el desarrollo y comparte una serie de interacciones con el Estado, la
sociedad y la naturaleza. Por primera vez, en la historia de la humanidad una
Constitución reconoce los derechos de la naturaleza y ésta pasa a ser uno de
los elementos constitutivos del Buen Vivir.
Frente al desmantelamiento del Estado
impulsado por el neoliberalismo, se hace fundamental recuperar el Estado para
la ciudadanía, en el marco de la recuperación de lo público, en un sentido más
abarcativo. De ahí que la Carta Magna fortalece el Estado recuperando sus roles
en la planificación, regulación y re-distribución. Sin embargo, no se trata de
una visión estatizante, en la que el antiguo rol del mercado es sustituido de
manera acrítica por el Estado. Por el contrario, al fortalecer y ampliar los
derechos y al reconocer a la participación como elemento fundamental en la
construcción de la nueva sociedad, la nueva Constitución busca el
fortalecimiento de la sociedad como condición necesaria para el Buen Vivir en
comunidad. De este modo se impulsa la construcción de un verdadero poder social
y ciudadano.
Para la nueva Constitución el sumak kawsay implica
mejorar la calidad de vida de la población, desarrollar sus capacidades y
potencialidades; contar con un sistema económico que promueva la igualdad a
través de la re-distribución social y territorial de los beneficios del
desarrollo; impulsar la participación efectiva de la ciudadanía en todos los
ámbitos de interés público, establecer una convivencia armónica con la
naturaleza; garantizar la soberanía nacional, promover la integración
latinoamericana; y proteger y promover la diversidad cultural (Art. 276).
La importancia que se da a la
diversidad en la carta magna del Ecuador, no se restringe al plano cultural,
sino que se expresa también en el sistema económico. La Constitución
ecuatoriana reconoce al sistema económico como social y solidario, incorporando
la perspectiva de la diversidad en su concepción y superando la visión
mercadocéntrica que lo definía como social de mercado.
Para la economía social el ser humano
es el centro de la actividad económica y, por lo tanto, la economía debe estar
al servicio de la vida y no la vida en función de la economía. Esto supone
revertir la lógica perversa del capitalismo, para el que la acumulación del
capital constituye el motor de la vida. La economía social, por el contrario,
plantea la generación de una economía plural en donde las lógicas de
acumulación del capital y del poder estén subordinadas a la lógica de la
reproducción ampliada de la vida. Para ello, el trabajo es una noción central.
Se trata entonces de apoyar las iniciativas económicas de la población desde la
perspectiva del trabajo y no desde la perspectiva del empleo, con el fin de
garantizar que la riqueza quede directamente en manos de los trabajadores
(Coraggio, 2004).
A esta reflexión se suma la
sobrevaloración que ha adquirido, en los últimos años, sobre todo entre los y
las jóvenes, el ingreso por sobre el trabajo. Una de las ideas más interesantes
que podemos proponer para promover el Buen vivir es, justamente, la
recuperación de la dignidad del trabajo. Esto empieza con la garantía para el
ejercicio de los derechos laborales, pero también supone la revaloración del
trabajo como espacio de construcción de subjetividades, de capacidades
organizativas, de vínculos solidarios y de conocimientos prácticos social y
culturalmente relevantes.
La dimensión social del Buen Vivir en la
Constitución ecuatoriana busca la universalización de los servicios sociales de
calidad para garantizar y hacer efectivos los derechos. De este modo, se deja
atrás la concepción de educación, salud o seguridad social como mercancías.
En la dimensión ambiental del Buen
Vivir, reconoce los derechos de la naturaleza, pasando de este modo de una
visión de la naturaleza como recurso, a otra concepción totalmente distinta, en
la que ésta es "el espacio donde se reproduce y realiza la vida".
Desde esta concepción la naturaleza tiene "derecho a que se respete
integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos
vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos", así como el derecho
a la restauración (Art. 71 y 72). Los servicios ambientales no son susceptibles
de apropiación (Art. 74).
Los derechos como
pilares del Buen Vivir
Las innovaciones fundamentales en el
campo de los derechos, desde la perspectiva del Buen Vivir en la nueva
Constitución del Ecuador, parten del reconocimiento del Estado como
"constitucional de derechos y justicia" (Art. 1), frente a la noción
tradicional de Estado social de derechos. Este cambio implica el
establecimiento de garantías constitucionales que permiten aplicar directa e
inmediatamente los derechos, sin necesidad de que exista una legislación
secundaria. La Constitución ecuatoriana amplía además las garantías, sin
restringirlas a lo judicial. Existen tres tipos de garantías: normativas,
políticas públicas y jurisdiccionales (Ávila, 2008: 3-4). De este modo, la
política pública pasa a garantizar los derechos.
Uno de los elementos claves en la
concepción del Buen Vivir es la integralidad, la vida concebida como un todo
indivisible. La noción de integralidad se hace efectiva en la nueva carta magna
del Ecuador al no establecer jerarquías entre los derechos, superando aquella
visión que establecía tipologías en: fundamentales (primera generación),
económicos, sociales y culturales (segunda generación) y colectivos (tercera
generación).
La
construcción de otra forma de sociedad, la del Buen Vivir de todas y todos los
ciudadanos, está en el centro del debate en Ecuador, América Latina.
No
hay un modelo único, ni esquemas predefinidos, hay procesos sociales que deben
ser autónomos y soberanos, pero profundamente comprometidos con la
transformación de la justicia social, equidad y desarrollo que pone al centro
el ser humano sobre todas las cosas. Cada sociedad define sus prioridades y
también las formas bajo las cuales se construye los procesos de cambio. Sin
embargo, hay algunos pilares que es preciso construir para que se defina el
modelo de desarrollo progresista. Una democracia real participativa en la que
se logre un empoderamiento a través de la participación de la ciudadanía en
todos los ámbitos políticos - públicos, rendición de cuentas y control social. Un modelo económico
solidario, no en un modelo de economía de mercado en lo que prevalece es
la oferta y la demanda, en la cual no existe ningún tipo de
regulación, la propuesta nace que lo primordial es el trabajo y no el capital.
Una
forma de sociedad incluyente, no discriminatoria, no racista, que se respete la
individualidad del cada ciudadano con la posibilidad de generar y entender
todas las cosmovisiones con el propósito de interactuar y convivir entre toda
esta maravillosa diversidad. Un proceso de relacionamiento equilibrado entre el
entorno y la naturaleza.
El
Buen Vivir es entonces vivir a plenitud, integrando todos los actores y
factores tanto internos como externos. Se trata de la construcción de unproyecto de ciudadanización en la que
primen sus derechos y que estos se han negociables. La mayoría de los
ecuatorianos apostó por esta «nueva forma de convivencia ciudadana, en
diversidad y armonía con la naturaleza», establecida en la Constitución de 2008
para alcanzar el Buen Vivir, elsumak kawsay. El Gobierno Nacional de la Revolución
Ciudadana, bajo el liderazgo del Presidente Rafael Correa,
realiza un trabajo por los más necesitados, por los olvidados, consiguiendo un
equilibrio a través de la implementación de las políticas públicas, para
construir un desarrollo social sostenido, sustentable, eficiente y efectivo,
para lograr la gran transformación histórica que le fue encargado por el pueblo
ecuatoriano.
Pero
lo más importante es que toda transformación debe establecer un grado de
participación incluyente, de una democracia real, de una ciudadanización
del poder, no mas imposiciones, no mas cartas de intención, no mas sometimiento
a sistema capitalista, el renacimiento deLatinoamérica se la debe a la necesidad de su
pueblo de ser libre, libre para decidir su suerte, su camino, su proyecto de
vida, en la Patria Grande es grande no por su extensión de tierra o por cuanto producen, lo es por
su gente, por un pueblo digno, un pueblo pacífico, un pueblo que ama la paz,
por un pueblo solidario, el renacimiento de una Nueva América inicia ahora
y la hace con acuerdos como un bloque, como un solo País, se está construyendo
el sueño de Bolívar, de Sucre, Monseñor Leónidas Proaño,
Dolores Cacuango, de San Martín, de Verón, del Che Guevara.
LA
LIBERTAD NO SE IMPLORA DE RODILLAS, SE LA LUCHA DE PIE.
El
trabajo constituyente ha señalado hasta ahora que el régimen de desarrollo a
ser impulsado en el Ecuador en el futuro, será el “conjunto organizado,
sostenible y dinámico de los sistemas económicos, políticos, socio-culturales y
ambientales, que garantizan la realización del buen vivir.” Esto rompe con el
neoliberalismo al menos en los siguientes aspectos:
Señala que habrá organización
de esos sistemas, lo que implica planificación y un rol estatal activo de
manera tal que no quería ser reconocido por los neoliberales;
Ya no se coloca a las cifras
“macroeconómicas” como la medida central del desarrollo, para en su lugar
ubicar indicadores de condiciones de vida de los pueblos, los que hablan del
“buen vivir”.
Con
las cifras macroeconómicas se ocultaba cómo se repartía la riqueza producida
por la sociedad, mientras que al hablar del “buen vivir” se señala que la
repartición de la riqueza debe alcanzar a todos y todas para que esas
condiciones de vida sean alcanzables por todos;
Se incorpora con fuerza las
preocupaciones socio-culturales y ambientales, las que para el neoliberalismo
solo eran “externalidades” del avance económico, algo así como los “daños
colaterales” de las guerras.